Pero la
madera, una vez trabajada y pintada o barnizada, es un material que presenta gran facilidad para los
arañazos. Vamos a ver cómo se pueden disimular.
Podemos encontrarnos con dos tipos de arañazos, los superficiales y los profundos. En cualquier caso, y antes de comenzar la reparación, debemos limpiar la zona donde vamos a actuar con agua tibia o con alcohol mineral. Después hay que dejar secar todo por completo.
Para reparar los arañazos superficiales, podemos utilizar un marcador permanente de un tono o color parecido al del mueble que tratamos de reparar. Colorearemos siempre según las especificaciones del fabricante.
También podemos aplicar con un bastoncillo una pequeña cantidad de cera o reparador en el arañazo y frotar con un trapo limpio y seco, de esta forma la marca se disimulará casi por completo.
El betún de Judea es muy práctico para muebles rústicos y oscuros, así como el resultado de mezclar zumo de limón con aceite de oliva, o café soluble con crema hidratante. Estas mezclas las aplicaremos en el mueble, dejaremos secar y por último pasaremos un trapo seco.
Cómo reparar los arañazos más profundos
Para
arañazos algo más profundos, el proceso es algo más entretenido. En primer lugar debemos
lijar la zona con papel de lija o lana de acero (hay que usarla con precaución), y lo haremos siguiendo las
vetas de la madera o en círculos, hasta lijar una superficie que abarque unos dos centímetros más alrededor del arañazo.
Después, con un trapo limpio mojado en alcohol mineral, limpiaremos el serrín y los residuos que hayan quedado tras lijar. Esperaremos a que se seque y aplicaremos en el arañazo una pintura similar a la del mueble con un pincel fino. Repasaremos con un trapo, realizando movimientos circulares, hasta que el arañazo se difumine con el resto del área que habíamos lijado.
